Eviten Financiamiento
Ilícito: CEM
Garantizará
un Proceso Equitativo
Por
JACQUELINE RAMOS
Tras
lamentar que carezcamos de un proyecto claro de nación que respalden todos los
mexicanos, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) demandó, de cara a los
comicios de julio próximo, evitar financiamientos ilícitos de las campañas, lo
que garantizará un proceso equitativo y disipará cualquier duda sobre la
legitimidad de la elección. Asimismo afirmó que en una nación como México,
donde hay tanta pobreza, no se justifican, de ninguna manera, campañas tan dispendiosas como las actuales,
sobre todo teniendo en cuenta que es el pueblo el que las paga.
En su
mensaje a la población -'¡votemos con responsabilidad!'-, sentenció que
``ningún partido representa a la Iglesia', por lo que exigió no hacer uso de
los símbolos católicos -ni estandartes de la Virgen de Guadalupe, ni
asistencias a misas cada domingo- para manipular a los electores; ``esto es un
abuso e incluso puede constituir un delito". Con ello, dijo, se desvirtúa
tanto a la religión como a la política.
En
conferencia de prensa efectuada en las instalaciones de la CEM, Abelardo
Alvarado Alcántara, secretario general del organismo, dio a conocer el mensaje,
signado también por su presidente y arzobispo de San Luis Potosí, Luis Morales
Reyes.
Destacó
que en fechas recientes hemos vivido una efervescencia política -como, por
ejemplo, las marchas campesinas u otros grupos que presionan para que se
resuelvan sus problemas, o las acusaciones entre partidos por presuntos
financiamientos ilícitos-, que representan un escenario preocupante para este
tiempo de elecciones, pues esta situación puede ser aprovechada por los
organismos políticos como bandera de campaña y degenerar en actos de violencia
si no se actúa con responsabilidad, con sentido de justicia y apego a la ley.
Una vez
más, indica el documento, hacemos un llamado a todos los partidos políticos y a
sus candidatos a proceder en las campañas electorales con respeto a los
contrincantes, con propuestas políticas claras a favor del bien común y sin
insultos ni descalificaciones personales, demostrando el aprecio a la grandeza
y dignidad de toda actividad política a favor de la nación.
Abelardo
Alvarado destacó que uno de los avances más significativos de la reforma
política ha sido la creación del Instituto Federal Electoral, cuya tarea es
vigilar que los procesos electorales sean limpios, transparentes y apegados a
la ley, para asegurar así la certeza y credibilidad del resultado de las
elecciones. Por ello, resaltó, debemos fortalecer este órgano electoral,
acatando con respeto sus decisiones.
CONSENSOS
PARA LAS REFORMAS
Tras
recordar el deber que tienen todos los ciudadanos de participar en forma libre
y responsable en la elección de legisladores y gobernantes, según sea el caso
en cada lugar, Alvarado Alcántara señaló que las próximas elecciones
intermedias revisten importancia especial, porque en ellas se fincará la
responsabilidad de conseguir los consensos políticos que permitan las reformas
estructurales que tanta falta hacen en nuestro país.
De las
alianzas entre los partidos y del número de diputados que alcance cada partido,
expuso, dependerá en gran medida el rumbo político del país. Mencionó que el
voto de los ciudadanos es un elemento central de participación democrática en
las decisiones de gobierno. ``Además, es un medio para manifestar nuestra
aprobación o desaprobación a los candidatos, a los partidos políticos, a los
programas que ofrecen y a su desempeño como gobernantes.
"Es
por eso que el voto debe ser razonado, personal, libre y secreto. Se requiere,
por tanto, realizar una seria valoración moral de los candidatos y de las
plataformas políticas de los partidos, de tal forma que elijamos a las personas
y a los programas que garanticen mejor el bien del país. Necesitamos
legisladores y gobernantes honestos y desinteresados, capaces de construir el
bien común".
Advirtió
también que los cambios esperados y anhelados lamentablemente no han podido
conseguirse con la rapidez y eficacia deseadas, tanto por razones externas,
como es la situación internacional actual, como internas, especialmente por la
falta de consensos y acuerdos entre los actores políticos y las fracciones
parlamentarias en el Congreso.
Las
inercias en amplios sectores de la sociedad, de funcionarios y empleados
-algunos de anteriores gobiernos- y la resistencia a perder privilegios, han
impedido al actual gobierno acabar con prácticas corruptas y con la impunidad,
por lo que no ha sido fácil gobernar con un estricto apego a la ley y a un
Estado de derecho. ``Ha hecho falta, además, un proyecto claro de nación que
respaldemos todos los mexicanos".
Monseñor
Alcántara advirtió que este sentimiento de frustración e impotencia para
conseguir una transformación rápida de la situación social, económica y
política en nuestra nación, trae consigo el riesgo de que el ciudadano se
desaliente y pierda el interés de contribuir con su voto a la consolidación de
la democracia.
El
abstencionismo, asentó, representaría un paso atrás en el proceso democrático
de México. ``No debemos dar cabida a la apatía cívica que nos podría conducir a
una falta de liderazgos eficaces y a que nuestras instituciones no fueran
verdaderamente representativas de la voluntad colectiva del pueblo mexicano".
A LOS
SACERDOTES
La
Iglesia católica también hizo un llamado a los sacerdotes y a los religiosos, a
los que les recordó que como pastores están llamados a ser factores de unidad y
de comunión, de reconciliación y de paz, ``por lo que no es nuestro papel
-indicó Alvarado Alcántara- hablar en favor o en contra de ningún candidato o
partido en particular; hemos de respetar la libertad de los fieles laicos en
sus opciones políticas, dentro de un pluralismo de partidos".
Estableció
que ``ningún partido representa a la Iglesia" y dijo que los católicos
pueden militar o dar su voto de manera libre al partido o al candidato que
mejor responda a sus convicciones personales, con tal de que sean compatibles
con la ley moral natural y que sirvan sinceramente al bien común de la
sociedad.
Nuestra
misión, indicó a los sacerdotes y religiosos, debe ser, en cambio, la de
orientar con los principios éticos de la doctrina social cristiana sobre los
derechos y los deberes políticos de los fieles laicos, ayudando a formar una
conciencia social.
A los
políticos católicos les recordó el deber moral que tienen en su actuación
política, especialmente a los legisladores, de mantenerse fieles a su doctrina
del Evangelio, conservando su compromiso claro con la fe católica y no apoyando
leyes contrarias a los principios morales y éticos como son los que atentan
contra el derecho a la vida o contra las instituciones de la familia o el
matrimonio.
Sólo la
adhesión a convicciones éticas profundas, expresó, y una actuación coherente pueden
garantizar una acción pública honesta y desinteresada de los legisladores y
gobernantes.